Poemas resultado del taller de poesía (1a sesión)
- construyamos
- 11 ene 2015
- 3 Min. de lectura
"Todos los niños" Veo dibujar a un niño y pienso el presente que le espera fuera de casa: en el futuro tan inmediato a la vuelta de la calle. Pienso en lo difícil que es ser niño un presente dónde la incertidumbre es angustia donde la injusticia está entre nosotros. Pienso en este país donde l@s niñ@s tendrán que construir su propia libertad y su propia rebeldía. Donde tendrán que hacer eco a su voz a la voz de muchos y cada uno de sus pasos tendrá que ser fuerte e indestructible. Raquel V
.El lago.
Estoy aquí tranquilo, en descanso.
Es de noche y parece que estoy ausente,
Parece que soy cielo, parece que soy nada.
Y en la nada sostengo al viento, mi compañero de juego.
De noche soy mucho, inmenso,
Salgo de mí, soy el reflejo, soy todo.
El agua.
Tan cristalina como el espejo
En la cual se pude reflejar
Nuestro ser tal cual somos,
Como el reflejo en los ojos
Que incluso puede verse nuestra alma
Tan vital para nuestra propia vida
Nuestro propio cuerpo.
Tan pura y limpia que podemos ver
A través de ella, que no esconde nada
Incluso limpia la impureza, lo malo
Lo podrido.
Tan simple pero tan necesaria
Tan vital, que una vez que muere
No se puede levantar.
Yo agua.
Fluir constante
O quietud extrema
Agresiva y tempestuosa
O calmada
¿De qué depende?
Del cielo o la tierra
Clara o turbia
¿Qué oculta?
Se eleva y precipita
Se arrastra
Hasta llegar de nuevo
Al océano frío
A la nada
Ella me habita
Me sostiene
Me disuelve
El agua soy yo
Cuando se murió mi tía.
Cuando se murió mi tía
Mi tío se quedaba solo
Junto con mi primo
Cuando ella se murió yo
Pensé que las cosas iban
A cambiar no fue así
Las cosas siguieron igual
Como cuando vivía mi tía
Lo único que cambió es que
El que ahora nos atendía
Era mi tío.
Noche.
Me detengo en ella,
En sus secretos, que son los míos
En su silencio, que es el mío.
Me oculta del mundo
Y me muestra tal como soy
Ante mí.
No hay espejo, sólo recuerdos
Y un sentimiento
(o muchos)
Y la luna que se oculta,
Pero presente, me habla
Y me cuenta un cuento
En el que aparezco,
Y lo escribe en el cielo
Con luces radiantes.
En ese cuento no hay tiempo,
No hay límites, ni muerte
Pero el sol siempre regresa
Y las nubes lo borran todo
Y ese cuento es ahora una historia
Que debo escribir.
El niño y la muerte.
Nace un niño, a su lado y enganchada
A su mano, la muerte nace también.
El niño, sin saber quién es, la mira
Y la toma como parte de él.
Pasan los días, las horas, los minutos
Sin saber que pasa en su cuerpo, en su alma
Queda atrapado dentro de sí mismo,
La muerte sólo observa.
Un mundo afuera desconocido para el niño,
Mira a su madre, le grita,
Pero ella no lo escucha.
Pasan los días, los meses, los años,
El niño, atrapado en una cárcel, sin poder
Moverse, va viendo como la muerte
Descompone su cuerpo.
Aferrándose a la vida, intentando cortar día con día
Las ataduras de la muerte.
Sin poder lograrlo.
La muerte le sonríe, el niño la abraza como su amiga
Y se rinde.
Volando en el cielo, con su amiga la muerte
Comprende que se ha liberado
De la cárcel y de su cuerpo sufriente.
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